Parece que fue ayer, aquel mes de julio de 1.992 cuando rendí mi corazón al Señor. Han sido tantas las enseñanzas que Dios me ha entregado hasta el día de hoy, que eso no me ha hecho inmune al desánimo o al dolor. Me costó aprender, que tengo emociones y sentimientos, porque tengo un alma que también Dios me entregó y que no puedo ocultar. Ser cristiano y depender de Dios, no significa ausencia de problemas o dificultades. Hoy dedico este artículo a todos los que culminan su semana, con sentimientos de: PRESION, AGOBIO y PERSECUCIÓN por diversas circunstancias. Jesús dijo: “En el mundo serían AFLIGIDOS, pero NO TEMAN, porque Yo vencí al mundo”. Aunque situaciones te desestabilicen y te hagan perder la paciencia, reniegues y quejes en contra de Dios y culpes a tu entorno inmediato, La Palabra del Señor te dice: “Pese a todo, no estamos APLASTADOS, ABANDONADOS POR DIOS O DESTRUIDOS. Reflexiona en lo que te ha derribado, qué personas te roban la paz y te estresan cuando las observas, qué apagó tus ilusiones.

Pon en orden tus pensamientos y sal del hoyo donde caíste, para que puedas volver a caminar. No te vas a detener, sino que avanzarás, sin repetir los errores del pasado. Los procesos tienen un término y no son para siempre. Si caminas en medio de la arena del desierto al que has entrado casi sin entenderlo, fija tu mirada en la promesa de vida que Dios te ha entregado, esa palabra que un día te enamoró de El y que te ha hecho perseverante en la fe. Tus ojos no están en la arena, miran al Señor y eso te permitirá salir más rápido del lugar hostíl donde te sientes, en medio de lo que vives. Recuerda que Dios no ha terminado contigo. Suscríbete a este blog y recibirás notificación cada vez que suba un nuevo artículo. Comenta y comparte con otros amigos y familiares el link de este mensaje. Deja tus comentarios al final del blog. Abrazo fraterno para todos y feliz fin de semana.

Dios te bendiga.

Pr. José Ángel Castilla