Dios no ha terminado contigo

Favor de Dios

Jesús siendo un niño aún, crecía en gracia y sabiduría delante del Padre, pero también delante de todos los que lo veían y conocían. Debía tener alrededor de doce años cuando fue llevado a Jerusalén a celebrar la pascua, que era una de las tres fiestas más importantes, en las que se peregrinaba y celebraba en la Santa ciudad.

¡Marcha!

El pueblo de Israel sintió miedo cuando salieron de Egipto y comenzaron a ver los ejércitos de Faraón detrás de ellos, y al Mar Rojo por delante. En el mundo físico y bajo la perspectiva de la mentalidad esclava de más de 400 años de yugo, no pensaron en otra cosa sino que morirían allí. Dios dirigió a Israel hasta ese lugar, para lo que parecía en su mentalidad frágil, una trampa.

Somos la novia del Señor

La Palabra del Señor nos enseña que “La iglesia es Su novia, que se prepara y atavía para Él”. Esto refleja la relación íntima entre ambos, una hermosa descripción de esa novia que se prepara y adorna para el encuentro con su esposo: Jesucristo.

Gracia en sus ojos

Andrés llevó a Simón para que conociera a Jesús y cuando él Señor lo tiene enfrente, lo mira fijamente y le dice: «Tu nombre es Simón pero desde hoy te llamarás «Pedro». El nombre Simón significa: vara flácida movida por el viento. El Señor y maestro de la gracia no sólo miró su fragilidad, inestabilidad y su ser voluble, sinó también el destino que tenía trazado para él.

Vientos contrarios

Poner nuestra confianza en Dios, es ver su misericordia estableciendose, en medio de nuestras adversidades. El apóstol Pedro vio a Jesús, caminando sobre las aguas y no las olas impetuosas que sacudían la barca donde se encontraba.

Incomparable

Si nos diésemos a la tarea de contar las estrellas y llamarlas por su nombre, no nos alcanzarían los años de vida, ni el tiempo para poder lograrlo. Sólo quien las creó y las puso en el firmamento como lumbreras, conoce su peso, su distancia en años luz hasta la tierra y hasta su nombre.

Razones para decir gracias

A raíz de la celebración del día de acción de gracias el día de ayer, me puse a reflexionar acerca de las tantas razones por las que levanto y dedico mi corazón al Señor para decir gracias. Lo primero que traigo a mi memoria es mirar hacia la cruz y recordar que alguien murió por amor a mi y a toda la humanidad.

Dios ha sido bueno

Nuestro Señor Jesucristo en el evangelio declaró que: “Ninguno hay bueno, sino sólo Dios”. También el apóstol Juan nos enseña que “Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en él”. Podemos en éste día reconocer, que Dios ha sido bueno, y ésto significa que siempre actúa de acuerdo a lo correcto, lo verdadero y lo justo.

Perderlo todo

Antes de conocer el infinito amor de Jesús por nosotros, nuestros valores y principios los teníamos algo distorsionados. Por tal motivo, lo que pensamos que valía, dejó de valer y lo que carecía de valor, ahora se volvió extremadamente valioso.

EL CIELO SE UNE A LA TIERRA

Cuando un hijo de Dios se levanta a orar con fe e intensidad, confía y cree en lo que Dios pueda hacer, debe estar convencido de que los cielos se unen a la tierra, y la respuesta desciende. No existe poder más grande, que el de un hijo clamando a Su Padre eterno.